Partiendo del parketxe de Lizarrusti, poco a poco emprenderemos el camino que nos llevará hasta las entrañas de Aralar. Este camino llano es el lugar ideal para pasear, por el que antaño circulaba una vagoneta tirada por animales. Por el camino encontramos un amplio hayedo, un agradable sendero, un arroyo, un cañón y lugares donde se construían las carboneras. Por último, llegaremos a los bellos parajes del embalse de Lareo.
Cerca de allí podremos vivir una experiencia de espeleología sin dificultad, adentrándonos en la cueva de Lareo, cuya entrada se sitúa bajo un tejo. Podremos ponernos en la piel de los seres humanos que hace tiempo vivieron en nuestras montañas mientras estamos rodeados de estalactitas y estalagmitas. El ambiente de las cuevas es muy especial, con un alto grado de humedad y temperatura estable durante todo el año, lo que permite que el agua que cae del techo genere estructuras especiales.