• Para acercarnos al inicio del recorrido utilizamos, en la medida de lo posible, el transporte público. Si usamos el coche no circulamos por pistas; caminamos y disfrutamos del entorno; no olvidemos que hemos venido a hacer deporte.
  • Llevamos a casa todo lo que hemos traído: basura, recipientes, colillas, etc. No la escondemos ni enterramos.
  • Para hacer nuestras necesidades escogemos lugares alejados de fuentes, ríos, edificios, áreas de descanso, caminos, etc...
  • No arrancamos la vegetación que crece en los alrededores. Muchas plantas son especies de gran interés, escasas y adaptadas a las condiciones particulares de la montaña.
  • En zonas de roquedo intentamos molestar lo menos posible a la fauna que los habita. Numerosas aves y murciélagos, algunos en peligro de extinción, utilizan los roquedos para nidificar o refugiarse. La época más crítica es de diciembre a junio, época de apareamiento y cría de las rapaces.
  • No armamos escándalos ni sacamos ruidos innecesarios. Podemos perjudicar a especies faunísticas muy sensibles, además de molestar, e incluso despistar, a otros caminantes.
  • Cerramos las vallas y portillos que encontramos en el camino. Respetamos los prados, cultivos, huertas y ganados de la zona. Debemos ser respetuosos con el mundo rural. Si llevamos perro al monte, nos preocupamos de que no moleste, y si es preciso lo atamos.
  • No escribimos, pintamos ni grabamos en árboles, rocas o piedras. La señalización de los senderos la efectúan montañeros preparados para balizar los recorridos.
  • Para diseñar nuevos senderos nos ponemos en contacto con la Federación Gipuzkoana de Montaña.
  • Pero sobre todo, nos preocupamos por el entorno, reivindicando nuestro derecho a disfrutar de la naturaleza y evitando que otros colectivos abusen de ella. Nos gusta la naturaleza y ayudamos a conservarla.
  • En los Espacios Naturales Protegidos respetaremos la normativa del espacio.
Imagen sobre naturaleza